La traducción y la localización son dos procesos diferentes para los lingüistas profesionales, aunque ambos tienen por objeto transmitir el significado o los significados de un determinado discurso lingüístico de una lengua a otra.
La traducción cambia el contenido de una lengua (lengua de partida) a otra (lengua de llegada). En este caso, las referencias culturales del público de destino no se incorporan a la versión traducida, pero un traductor puede tener en cuenta las diferencias del público en cuanto a unidades de medida, formatos de fecha y hora a la hora de traducir. Además, el conocimiento de los dialectos, las expresiones idiomáticas, la jerga y el tono de la lengua de origen y de la lengua de destino es esencial para el éxito del trabajo. Es crucial analizar en qué momento de la historia y en qué parte del país tiene lugar el material de origen para estudiar el vocabulario de la época y la región. Las lenguas habladas tienden a cambiar con el tiempo.
La localización lingüística adapta el material extranjero a la historia y la cultura del público destinatario; incluso puede adaptar los significados simbólicos de los elementos visuales, como imágenes, vídeos, colores, emojis, etc., al entorno sociocultural del público. Cuando el contenido se ajusta a las costumbres y tradiciones locales del público destinatario, ayuda a mejorar las expectativas del consumidor, haciéndole sentir que está especialmente diseñado para él. Es importante que el profesional conozca los tabúes del público objetivo para evitar una mala acogida.
La traducción y la localización se consideran tareas difíciles, ya que requieren el conocimiento de diferentes culturas e idiomas. Cuando se contrata a un profesional de la traducción, éste suele conocer al menos dos idiomas, siendo uno de ellos su lengua materna. Por lo tanto, podríamos decir que ambas lenguas desempeñan un papel crucial en cada circunstancia y que existen importantes diferencias entre ellas. La traducción y la localización son tareas complejas que no se atienen únicamente a las reglas gramaticales, sino también a las costumbres y al patrimonio cultural de cada región. De ahí que puedan exigir al profesional un profundo conocimiento de ambos idiomas.
Actualmente, Navoz Estudio puede atender las demandas de productos en inglés, español y portugués. Consideramos que un buen trabajo de traducción o localización es aquel que respeta el material original y comprende plenamente el proceso de adaptación a una lengua y cultura diferentes.
Un buen profesional en este campo analiza las diferentes formas en que puede aclarar el mensaje contenido en el texto de origen y procura aumentar su conocimiento tanto de la lengua de destino como de su propia lengua materna.